Bienvenidos a "La cantera de las Historias", blog literario de los alumnos de 2º de ESO del colegio Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro.
15 dic 2014
Esta es la historia de un niño llamado Víctor. Víctor era un chico normal y corriente, sin ningún defecto, de esos del montón. Pero, sin embargo, nuestro Víctor, no era tan corriente. En su instituto, no tenía muchos amigos. Decían que era “rarito” y muy “endeble”. Él nunca les hacía caso, pero en el fondo le dolía. A Víctor le gustaba escribir y dibujar. Todo aquello relacionado con el arte. Tenía una gran imaginación.

Y ahora os preguntaréis, ¿por qué este chico era así? Víctor no es que tuviera una infancia muy buena. Su madre murió cuando él sólo tenía seis años. Para él fue muy duro. Después de esto, su padre se suicidó tras una larga depresión. Por esta razón, sin más remedio, tuvo que irse a vivir a casa de su abuela. No podía vivir solo en aquella casa grande y solitaria. En casa de su abuela, Víctor se sentía aislado, solo, su abuela no hablaba mucho con él, callada y encerrada en sí misma tras la muerte de su hija.

El chico todos los días después del instituto, se encerraba en su cuarto, y dejaba caer una lluvia de ideas sobre sus papeles. Y así abría su imaginación, aislándose del mundo cruel que le rodeaba. Como él decía, creaba su propio mundo dentro de su imaginación.

Cuando llegó la primavera, el campo de atrás de la casa de su abuela Isabel, se volvió verde como el césped de un campo de fútbol. No era ese color castaño del otoño. Así que, sin pensarlo, se dispuso a salir a vivir aventuras. Caminando por un sendero, encontró encima de unas ramas, una casa de árbol. La casa era vieja y tenía maderas roídas por los ratones. Pensó en arreglarla y hacerse con ella para ir todas las tardes a liberar su imaginación, dejando el ruido de las clases, los insultos de los niños y el ruido desagradable de los coches.

Sin pensarlo más, al día siguiente, llegó a casa, soltó la maleta, preparó el almuerzo, y cogió madera e instrumentos para la restauración. A Víctor no le resultaba tan difícil restaurarla. Su padre era albañil y le enseñó algunas nociones de construcción. Con la madera, los clavos y el martillo, se dispuso a restaurar su casa del árbol. Al anochecer, yendo camino de su casa, cruzó la calle y, de repente, sintió un gran golpe en su pecho. Un coche le había golpeado. Salió disparado contra el arcén. Había sangre desparramada por toda la calle. De su cabeza salieron mil ideas que volaron hacia el cielo. Mil motas de imaginación. Los viandantes miraban boquiabierto las ideas, dejándolas posar sobre sus cabezas.

Cuidado, porque esa imaginación, desprendida de Víctor, podría estar en tu cabeza.

Así que no tengas miedo en expresarte. Que no te importe lo que piensen los demás.


Deja volar tu imaginación.



1 comentarios:

mario castellano dijo...

Conclusión:
Victor es un niño marginado que su vida es una caquita y alfinal gracias a dios que muere.